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Lipedema sin diagnosticar: consecuencias de no tratarlo a tiempo

El lipedema es una enfermedad crónica, progresiva y frecuentemente malinterpretada. Afecta a millones de mujeres en el mundo y, a pesar de su alta prevalencia (alrededor del 11 % de las mujeres), sigue siendo un diagnóstico desconocido para muchos profesionales de la salud. Este desconocimiento genera una gran cantidad de casos no diagnosticados o mal etiquetados como obesidad o trastornos circulatorios.

En este artículo analizamos qué ocurre cuando el lipedema no se diagnostica ni se trata de forma adecuada y a tiempo, y por qué es crucial actuar antes de que la enfermedad avance a fases más complejas.

¿Qué es el lipedema y por qué se confunde con otras patologías?

El lipedema es un trastorno del tejido adiposo caracterizado por una acumulación anormal de grasa subcutánea, principalmente en extremidades inferiores (piernas y muslos), aunque también puede afectar los brazos. Esta grasa tiene características particulares: es dolorosa al tacto, no desaparece con dieta ni ejercicio, y suele estar acompañada de inflamación, sensación de pesadez y facilidad para desarrollar hematomas.

Uno de los grandes problemas del lipedema es que se confunde fácilmente con:

  • Obesidad: porque también hay aumento de volumen corporal.
  • Linfedema: porque puede haber edema (hinchazón).
  • Problemas venosos: como insuficiencia venosa crónica.

Sin embargo, el lipedema tiene signos clínicos muy claros como la asimetría corporal entre tronco y piernas, preservación de pies y manos y la presencia del signo del “cuff” o calcetín apretado, que no aparecen en otras condiciones.

Consecuencias de no diagnosticar el lipedema a tiempo

No tratar el lipedema desde sus primeras etapas tiene efectos importantes en la salud física y emocional de las pacientes. A continuación, detallamos las principales complicaciones:

1. Progresión del volumen graso y aumento del dolor

El lipedema no tratado continúa progresando lentamente, pasando de grados leves a grados avanzados (hasta el grado 4). A medida que la enfermedad avanza, la grasa se vuelve más densa y fibrosada, lo cual provoca:

  • Mayor volumen corporal.
  • Mayor dolor constante y espontáneo.
  • Limitaciones funcionales y menor movilidad.

2. Riesgo de desarrollar lipolinfedema

En los grados más avanzados, la acumulación de grasa comienza a comprimir el sistema linfático, lo que dificulta el drenaje natural de líquidos. Esto da lugar al llamado lipolinfedema, una combinación de lipedema y linfedema. Esta condición es aún más incapacitante e incluye:

  • Hinchazón permanente en piernas y pies.
  • Riesgo de infecciones recurrentes como celulitis.
  • Aparición de fibrosis y endurecimiento de tejidos.

3. Impacto en la salud mental y emocional

Vivir durante años con una enfermedad incomprendida tiene un fuerte impacto psicológico. Muchas pacientes con lipedema no diagnosticado experimentan:

  • Ansiedad y depresión debido al dolor crónico y a la frustración por no obtener respuestas.
  • Baja autoestima y autoimagen corporal distorsionada.
  • Aislamiento social por sentirse incomprendidas o avergonzadas por su aspecto físico.

4. Gasto económico y desgaste personal

El hecho de no tener un diagnóstico claro suele llevar a las pacientes a gastar grandes cantidades de dinero en dietas, tratamientos estéticos o planes de ejercicios que no funcionan. Además, se somete a la paciente a un desgaste emocional innecesario al ser tratada como si simplemente tuviera sobrepeso o malos hábitos.

Importancia del diagnóstico precoz

Diagnosticar el lipedema en fases iniciales cambia radicalmente el pronóstico. Un tratamiento temprano permite:

  • Disminuir el dolor y la inflamación.
  • Frenar la progresión de la enfermedad.
  • Evitar complicaciones como el linfedema secundario.
  • Mejorar la calidad de vida y el bienestar emocional.

Por eso es crucial acudir a centros especializados donde se realice un diagnóstico clínico adecuado y se establezca un plan de tratamiento personalizado.

Puedes consultar centros especializados como Fisioclinics donde se realiza un abordaje multidisciplinar del lipedema.

Recomendaciones para pacientes sin diagnóstico pero con síntomas compatibles

Si crees que podrías tener lipedema, te recomendamos:

  1. Toma fotografías de tu cuerpo (de frente y perfil) para observar la desproporción.
  2. Haz una lista de síntomas: dolor, pesadez, aparición de hematomas, piel fría, etc.
  3. Consulta con un fisioterapeuta o médico especializado en linfología.
  4. Evita dietas estrictas o rutinas intensas que puedan frustrarte.
  5. Comienza con autocuidados básicos: caminar, usar medias de compresión, seguir una dieta antiinflamatoria.

Respaldado por la ciencia

Un artículo publicado en Nature Reviews Disease Primers subraya que el lipedema sigue siendo ampliamente subdiagnosticado, lo que retrasa el inicio de un tratamiento adecuado y agrava la evolución clínica de las pacientes. Recomiendan una mayor concienciación por parte del personal sanitario y más estudios sobre tratamientos eficaces. Puedes leer el artículo completo aquí:  https://www.nature.com/articles/s41572-020-0144-0

Conclusión: no es solo grasa, es lipedema

El lipedema es real, duele, afecta profundamente la calidad de vida y no se soluciona con dieta ni con ejercicio. Dejarlo sin diagnosticar tiene consecuencias físicas, emocionales y sociales muy importantes. Por eso, si sospechas que podrías tenerlo, busca ayuda especializada cuanto antes. Un diagnóstico a tiempo puede marcar la diferencia.

Noviembre 04, 2025

Noviembre 04, 2025

Albi